Joe Biden, con su popularidad en baja, ha dejado el papel más activo de la campaña en manos del ex presidente.
Según la mayor parte de las encuestas, los índices de aprobación de la gestión de Joe Biden rondan el 40 por ciento, algo que dista mucho de ser ideal. Por eso es que a una semana y un día de la elección de medio término -en la que está en juego el control del senado y la cámara de representantes-, a Biden el partido lo ha relegado a algunos eventos en la zona de Washington y a hablar con donantes del partido (donde todavía es muy fuerte).
Pero ante el vacío creado por la ausencia de Biden en las campañas de todo el país, se ha vuelto a ver una cara conocida: Barack Obama. El ex presidente (y ex jefe del actual presidente) sigue siendo sin lugar a dudas la figura más influyente del partido demócrata. Y ha decidido usar ese poder para apoyar a sus candidatos.
El equipo de Obama recibió una catarata de pedidos para aparecer en diversos eventos de campaña a lo largo y ancho del país. Desde ya, no puede ir a todos, pero para los que no puede asistir en persona, ha grabado videos para la televisión, para eventos o audios para utilizar en anuncios radiales.
Durante el fin de semana, el ex presidente visitó un estado clave, Minnesota, donde los demócratas están peleando la reelección del gobernador Tony Evers, quien según las encuestas está empatado con su oponente republicano. Evers es un ex profesor de ciencia que usa anteojos. Haciendo alarde de su sentido del humor, Obama lo presentó en un evento como alguien que da más la impresión de ser Clark Kent que Superman, pero le advirtió a la audiencia que “no se dejen engañar por los anteojos”.
En la semana, Obama va a visitar tres estados clave para los demócratas, tanto para contiendas al senado como a la gobernación. Mañana martes estará en Nevada, para luego visitar Arizona el miércoles y terminar la semana en Pensilvania, donde se encontrará con Biden durante el fin de semana.
Biden por su lado irá a lugares más seguros. Estados claramente demócratas, donde su popularidad es más alta que en el promedio de la nación, como Oregon, California y Maryland. En la reñida Pensilvania, como ya se ha dicho, se presentará pero no solo, sino apoyado por Obama.
Si bien Obama es extremadamente popular y carismático, inclusive durante su presidencia le fue difícil transferir esa popularidad a otros candidatos de su partido. En las dos elecciones de medio término que enfrentó como presidente, los demócratas perdieron por amplia diferencia contra los republicanos, algo que suele pasar con presidentes de ambos partidos.
Pero más allá de la efectividad pasada de Obama, la realidad es que su figura sigue atrayendo. Un simple clip que grabó para la campaña de Wisconsin en el que acusa al senador republicano Ron Johnson de proteger a sus amigos millonarios, mientras vota en contra de proteger la seguridad social, obtuvo en dos días más de 12 millones de reproducciones.
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