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EEUU destacó la “necesidad de mantener abiertas las líneas de comunicación” con China

El ministro de Exteriores de Beijing y el secretario de Estado estadounidense mantuvieron una conversación en la que se abordó la relación actual entre ambos países, así como cuestiones relativas a la guerra en Ucrania.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, conversó este viernes con el ministro de Exteriores de China, Wang Yi. Según medios locales, el diálogo se dio a pedido del funcionario estadounidense.


Durante la llamada, Blinken destacó la “necesidad de mantener abiertas las líneas de comunicación” con Beijing. Por su parte, Wang mencionó que “el mundo en general espera que las relaciones entre China y EEUU dejen de deteriorarse y se recuperen”.


Sin embargo, el funcionario chino apuntó contra su par y dijo que “Estados Unidos no puede pedir conversar y contenerse en esa conversación al mismo tiempo, o hablar acerca de cooperación a mientras a su vez apuñala”.


En ese sentido, explicó que la actual relación entre ambos países “no es una competencia razonable sino una represión irrazonable”, que se basa en “intensificar las contradicciones”, en lugar de “gestionar y controlar las diferencias”.

Para abordar esta cuestión, ambas partes acordaron centrarse en visibilizar las “políticas prácticas y acciones concretas” del consenso alcanzado en Bali el pasado noviembre en el marco de la cumbre del G20. En ese evento, Joe Biden se reunió por primera vez en persona con su homólogo chino, Xi Jinping, desde su llegada a la Casa Blanca.


Ya en aquel momento, ambos funcionarios habían abordado la importancia de ahondar “los esfuerzos para profundizar las líneas de comunicación”, así como para “gestionar la competición bilateral de forma responsable”.


La conversación de este viernes abordó también cuestiones relativas a la guerra de Rusia sobre Ucrania, país al cual Estados Unidos continúa suministrándole armamento y financiamiento para su defensa.


Blinken expresó su preocupación por la situación y las “amenazas que representa para la seguridad mundial”, en línea con lo mencionado por el presidente Volodimir Zelensky durante su alocución en el Capitolio, en la que mencionó que “es una batalla no solo para la vida, la libertad y la seguridad de Ucrania y de cualquier otra nación que Rusia intente conquistar. Esto definirá el mundo en que vamos a vivir”.


Por su parte, Wang reiteró la postura de China sobre el tema y explicó que su posición está y estará “siempre del lado de la paz y de los principios de la Carta de las Naciones Unidas”.

“Continuaremos desempeñando un papel constructivo para resolver la crisis a nuestra manera”, agregó el canciller.


Sin embargo, desde que estalló el conflicto, China ha demostrado adoptar una postura ambigua ya que ha pedido respeto por “la integridad territorial de todos los países” -incluída Ucrania-, mientras que pedía también por la atención a las “legítimas preocupaciones de todos los países” -en referencia a Rusia-.


Por último, la conversación incluyó también la cuestión del brote de coronavirus que actualmente atraviesa el gigante asiático, y cuyos casos se vieron disparados tras la relajación de las políticas de COVID-Cero por la ola de protestas en todo el país. A raíz de ello, Estados Unidos instó nuevamente a China por una mayor “transparencia para la comunidad internacional” sobre la situación de la pandemia en el país.

Más temprano este viernes, Ned Price había alertado que “cada vez que el virus se propaga, tiene el potencial de mutar y suponer una amenaza para las personas de todo el mundo”.

La conversación telefónica se dio el mismo día en el que China sancionó a dos ciudadanos estadounidenses, Miles Yu y Todd Stein, tras las restricciones impuestas por Washington a dos funcionarios de Beijing por supuestos abusos contra los derechos humanos en la región del Tíbet.


Asimismo, en los últimos años, el régimen chino ha aplicado sanciones contra funcionarios de Estados Unidos por “inmiscuirse en los asuntos de Hong Kong” y, por su parte, Washington ha seguido la misma línea sobre dirigentes del Partido Comunista de China (PCCh) por su supuesta implicación en los abusos contra los uigures en la región occidental de Xinjiang.

De todas formas, las relaciones ya habían comenzado a deteriorarse en 2018 cuando el entonces presidente Donald Trump inició una guerra comercial con China que, con el tiempo, se extendió a otros campos como el tecnológico y el diplomático.

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