El premio Nobel de Literatura fue homenajeado por el Centro Adam Smith para la Libertad Económica de la Universidad Internacional de Florida en un evento que reunió en Miami a líderes políticos, empresarios y expertos de más de 20 países.
“Es un verdadero honor presentar a alguien a quien en realidad no hay que presentar: cuando uno gana un Premio Nobel, ya no necesita presentación” dijo Carlos Díaz-Rosillo, el fundador y director del Centro Adam Smith para la Libertad Económica de la Universidad Internacional de Florida (FIU). “Pero por protocolo lo voy a hacer”, agregó, y comenzó un resumen de vida, obra e ideas de Mario Vargas Llosa.
El escritor peruano, que además del Nobel mereció otros reconocimientos notables como el Cervantes y el Príncipe de Asturias, y es el primer miembro de la Academia Francesa que escribe en otra lengua, recibió el Premio a la Trayectoria que inaugura el Centro Adam Smith, y que en el futuro llevará su nombre. El evento sucedió el martes 7 de noviembre en el histórico hotel Biltmore, de Miami, durante la 12° reunión del World Strategic Forum (Foro Estratégico Mundial), organizada por The International Economic Forum of the Americas (IEFA) y FIU.
Entre los asistentes de más de 20 países que compartieron las jornadas del lunes 6 y el martes 7 de noviembre hubo ex presidentes como Iván Duque (Colombia), Sebastián Piñera (Chile), Jorge Quiroga (Bolivia) y Jamil Mahuad (Ecuador), funcionarios como la vicegobernadora de Florida, Jeanette Núñez, y la alcaldesa del condado de Miami-Dade, Danielle Levine-Cava, y también representantes de la industria, el comercio, las finanzas, la energía, la tecnología, el arte, el deporte y la política. Pero el escritor peruano recibió la mayor ovación del World Strategic Forum 2023.
“Mario Vargas Llosa es hoy en día, sin duda alguna, el escritor latinoamericano de mayor impacto mundial”, sintetizó Díaz-Rosillo. Y luego de brindar un resumen de sus aportes a la literatura latinoamericana, destacó la actividad como intelectual de la política que el autor de Conversación en la catedral, La guerra del fin del mundo y La fiesta del Chivo —entre numerosas obras— mantuvo junto a su carrera de narrador.
Desde su ruidosa ruptura con la Revolución Cubana por la detención del poeta Heberto Padilla en 1971 hasta su libro La llamada de la tribu (una colección de perfiles de los pensadores que lo inspiraron como Adam Smith, Raymond Aron, José Ortega y Gasset o Isaiah Berlin), el tema ha estado en el centro de su pensamiento. Incluso en 1990 fundó el Movimiento Libertad y se postuló para la presidencia de Perú, que perdió en segunda vuelta contra Alberto Fujimori.
“Al Centro Adam Smith para la Libertad Económica le resulta un verdadero honor, un privilegio y un lujo sumarnos a la larga lista de prestigiosas instituciones que han galardonado merecidamente al maestro Mario Vargas Llosa”, dijo Díaz-Rosillo, “no solo por su brillante carrera literaria que todos conocemos, sino también por sus valiosísimas y esenciales contribuciones a la vida pública, al periodismo, a la política y a la lucha por la democracia y por la libertad”.
Bajo el brazo, el homenajeado llevaba una carpeta de cartón delgado, con sujetadores elásticos, que abrió lentamente para sacar las hojas impresas con su ponencia. Lucía frágil y a la vez guapo; su bastón fue discretamente hecho a un costado. Pero la voz enorme con la que empezó a leer desmintió esa vulnerabilidad aparente, o enseñó al auditorio sobre las contradicciones de una vejez feliz.
Me siento sumamente honrado por este premio que me entrega el Centro Adam Smith de FIU”, comenzó Vargas Llosa. “Me enorgullece también saber que este galardón llevara mi nombre en el futuro y que está relacionado con la defensa de la libertad, algo que desde hace muchas, muchas décadas, junto con mi trabajo de escritor, ha sido una constante en mi vida”.
Que el premio tenga su sede en Miami no es casualidad, dijo con intención: “Se trata de una ciudad que a lo largo de buena parte del siglo XX, y en cierta forma del siglo XIX, está asociada precisamente a la palabra libertad. Porque aquí sucesivas generaciones de latinoamericanos encontraron un refugio donde pudieron donde pudieron gozar de las libertades y posibilidades que en sus lugares de origen no les ofrecían, o peor aún, les habían confiscado. Miami y el sur de la Florida no serían lo que son sin el aporte creativo y esforzado de millones de inmigrantes que vinieron en busca de ser libres, pero también de labrarse un porvenir gracias al trabajo, al ahorro y la inversión”.
Rápidamente cambió de siglo: esos inmigrantes convirtieron el lugar “en lo que es hoy, un extraordinario ejemplo de lo que podría ser América Latina si nos libráramos de las dictaduras del populismo y la demagogia que aún nos mantienen en estado de subdesarrollo”.
Hoy la libertad está amenazada, advirtió, “no solo en América Latina sino también en muchos otros lugares, incluyendo, por desgracia, Estados Unidos, donde la corrección política y la llamada cultura de la cancelación, así como un cierto populismo que parece latinoamericano, han ganado terreno en el mundo cultural, académico y político”. Tras invitar a combatirlo “con energía” en cada una de esas arenas, repasó “el avance de corrientes contrarias a la causa de la libertad” en Europa (habló de la invasión rusa a Ucrania), en África y en Asia.
Volvió entonces a Miami: “Debemos celebrar que esta ciudad siga siendo esa reserva de libertad que ha sido durante tanto tiempo y que nos hace sentir a quienes defendemos la democracia, el Estado de derecho, la propiedad privada, la libre empresa y en general las libertades individuales que, a pesar de todo, hay esperanza”l concluyó Vargas Llosa, y volvió a agradecer el reconocimiento otorgado en “este encuentro alentador y estimulante que ha servido para recordar que la causa de la libertad tiene no solo enemigos, sino muchísimos amigos y defensores”.
Mientras los dos centenares de personas reunidas para escuchar al escritor lo aplaudían y ovacionaban, Díaz-Rosillo volvió a subir al escenario para anunciar la creación de la Cátedra Mario Vargas Llosa en FIU,y para acompañar al Nobel hacia la salida, donde lo esparaba su hijo Álvaro Vargas Llosa.
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