Un documento presentado en el congreso de la Sociedad Respiratoria Europea mostró mayor prevalencia de complicaciones pulmonares vinculadas a la polución en las mujeres.
Los efectos de la contaminación en la salud siguen bajo la lupa de los científicos. Nuevos hallazgos en este sentido fueron presentados a principios de mes en el Congreso Internacional de la Sociedad Respiratoria Europea, en Barcelona, España. Según esta nueva investigación, respirar los vapores de los gases de escape diésel podría ser más perjudicial para las mujeres que para los hombres. El estudio fue realizado por un equipo de la Universidad de Manitoba en Winnipeg, Canadá.
“Ya sabemos que existen diferencias de sexo en las enfermedades pulmonares como el asma y las infecciones respiratorias”, explicó el autor principal del documento, Hemshekhar Mahadevappa-. Nuestra investigación anterior mostró que respirar los gases de escape de diésel crea inflamación en los pulmones y tiene un impacto en la forma en que el cuerpo trata las infecciones respiratorias. En este estudio, queríamos buscar cualquier efecto en la sangre y cómo estos difieren en mujeres y hombres”.
Para analizar el problema, los investigadores reclutaron a cinco mujeres y cinco hombres, todos ellos sanos no fumadores. Luego se les pidió que pasaran cuatro horas respirando aire filtrado y otras cuatro horas respirando aire que contenía vapores de diésel. Hicieron esto tres veces, cada una con cuatro semanas de diferencia, con diversas concentraciones de partículas finas (PM2.5).
Las concentraciones fueron de 20, 50 y 150 microgramos por metro cúbico. Mientras que la Unión Europea limita las emisiones de PM2.5 a 25 microgramos por metro cúbico, pero las ciudades comúnmente tienen más. Después de cada experiencia de respiración, los voluntarios donaron muestras de sangre 24 horas después.
Los investigadores examinaron el plasma sanguíneo de los voluntarios, el componente líquido de la sangre que transporta células sanguíneas, proteínas y otras moléculas por todo el cuerpo. Usando una tecnología llamada cromatografía líquida-espectrometría de masas, buscaron cambios en los niveles de diferentes proteínas después de la exposición a los gases de escape del diésel. Luego compararon esos registros comprando hombres y mujeres.
El equipo encontró niveles de 90 proteínas que eran claramente diferentes entre los voluntarios femeninos y masculinos después de la exposición a los gases de escape del diésel, y se observaron aún más cambios en las mujeres.
Se sabe que algunas de esas diferentes proteínas están involucradas en la inflamación, la reparación de daños, la coagulación, las enfermedades cardíacas y el sistema inmunitario. Algunas de estas diferencias eran más claras con niveles más altos de escape de diesel.
Los hallazgos fueron presentados en la reunión anual de la Sociedad Respiratoria Europea, en Barcelona. En este caso son resultados preliminares que aguardan la revisión por pares.
“Estas conclusiones preliminares, muestran que la exposición al escape de diésel tiene efectos diferentes en los cuerpos de las mujeres en comparación con los de los hombres, y eso podría indicar que la contaminación del aire es más peligrosa para ellas que para ellos -señaló el investigador Neeloffer Mookherjee, de la Universidad de Manitoba-. Esto es importante, ya que se sabe que las enfermedades respiratorias, como el asma, afectan a las mujeres y a los hombres de manera diferente, y son ellas las más propensas a sufrir un asma grave que no responde a los tratamientos. Por lo tanto, necesitamos saber mucho más sobre cómo responden unas y otros a la contaminación del aire y qué significa esto para prevenir, diagnosticar y tratar sus enfermedades respiratorias”.
Los científicos ya saben que la exposición a la contaminación del aire, especialmente el escape de diésel, es un factor de riesgo importante en enfermedades como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
“Pero hay muy poco que podamos hacer como individuos para evitar respirar aire contaminado, por lo que necesitamos que los gobiernos establezcan y hagan cumplir los límites de los contaminantes del ambiente”, concluyó Zorana Andersen, de la Universidad de Copenhague y presidenta del Comité de Salud y Medio Ambiente de la Sociedad Respiratoria Europea, participante de la mesa de presentación de este hallazgo.
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