tres adolescentes asesinan a una cuidadora en el centro Isabel II de Arequipa para poder escapar.
El domingo 26 de setiembre a las 9 de la noche, tres adolescentes asesinaron a una asistenta social en el centro de acogida residencial Isabel II, ubicada en Socabaya, Arequipa, debido a que intervenía con los planes de las quinceañeras para escapar de ese lugar. El nombre de la asesinada era Shirley Cusilayme, quien trabajaba desde hace muchos años para cuidar a su familia.
Las adolescentes recién se conocieron una ves que entraron a este centro, así lo afirmó el Coronel Marco Antonio Cuadros Caceres, jefe de la DINICRI en Arequipa, en una entrevista para Día D. Menciona también que entraron en diferentes fechas, una fue internada el 5 de setiembre, otra el 8 de setiembre y finalmente la última el 15 de setiembre. Para llamar la atención de Shirley, una de ellas finge un dolor de cabeza y eso hace que Shirley se acerque, ahí es cuando la amarran de manos, rodillas y pies para que no pueda escapar.
“Una de ellas le coloca una media con alcohol en la boca y además una chalina alrededor del cuello” menciona el representante de la DINICRI.
Luego, ellas mueven algunos sofás y emprenden su viaje fuera del centro agarrando sus pertencias, entre ellas dos celulares de alta gama y S/.501 soles que una de ellas había ganado por su presunto trabajo en prostitución en una mafia de trata de personas. Agrega además, que según la autopsia realizada, habían señales de asfixia y estrangulamiento. La joven, según las autoridades falleció camino al hospital, pero había sido encontrada vida en el lugar donde la dejaron las adolescentes.
“Cuando llegó al hospital, ya no tenía signos de vida, ya que la presión ejercida por las quinceañeras había sido demasiada”. agrega Cuadros.
Sin embargo, los padres de Shirley no creen esta versión, aseguran al programa que ella había muerto ahí mismo, donde la dejaron las adolescentes, pero que antes de anunciarlo tenían que tomar las fotos respectivas.
El hermano de Shirley, asegura que las autoridades encargadas de este caso se han acercado a ellos para conversar, pero ‘todo queda solamente en palabras’. Por otro lado, la ministra de la mujer, Anahí Durand, menciona que no puede brindarle una indemnización a la familia, “lamentablemente son trabajadores temporales con una orden de servicio que impide que tengan determinados derechos, pero estamos brindando apoyo a la familia y acompañamiento psicológico”.
Ademas la encargada del MIMP asegura que en el centro Isabel II sí hay seguridad, pero ellas para escapar han burlado esta.
Actualmente, las culpables del fallecimiento de Shirley se encuentran en Lima, “fueron trasladadas a lima para ser internadas en el centro de menores de santa margarita” afirma Cuadros.
Se encuentran en investigaciones del Ministerio Público, “deben pasar dos meses para que reciban una sentencia, pero de ser oscilatoria puede estar entre 1 y 6 años” menciona Yenny Vargas, fiscal de familia en Paucarpata.
Ellas tienen un pasado violento e ilícito, ya que sus padres siempre han estado metidos en diferentes situaciones. Los papás de una habían sido encerrados por tráfico de drogas, la mamá de otra falleció debido a que tenía esquizofrenia y su papá siempre estuvo ausente; y finalmente, la familia de una estaba presente pero sus padres estaban desaparecidos.
“Estas jóvenes no tienen una concepción entre lo que es bueno y malo, probablemente cuando hayan sido más pequeñas haya sido fácil de ser captadas o también inducidas al alcohol.” finaliza el coronel de la DINICRI.
Actualmente, la familia y amigos de Shirley siguen exigiendo justicia para la asistenta social.
MENOR DE 12 AÑOS FALLECE EN EL CENTRO ISABEL II
El caso de Shirley no fue el único que terminó en una tragedia. Una menor de 12 años con habilidades diferentes, fue asesinada por Flor Rivas Chirinos, una técnica de enfermería. La niña padecía Cornelia de Lange y había sido abandonada por su padres, la enfermera simplemente se posó encima de ella asfixiándola y la niña a pesar de que luchó por su vida, no pudo salir de esa situación.
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