La Asamblea Legislativa eligió en horas de la madrugada al abogado Óscar López Jerez como presidente del máximo tribunal y de la Sala de lo Constitucional.
El abogado Óscar López Jerez presidirá la Corte Suprema de Justicia de El Salvador y encabezará la Sala Constitucional, para el período 2021-2024, por decisión mayoritaria de la Asamblea Legislativa del país centroamericano.
Pero la designación, que contó con 64 votos a favor y 19 abstenciones, no está exenta de polémica. Fue López Jerez quien asumió esos mismos cargos el pasado 1 de mayo, luego de que la mayoría parlamentaria de Nuevas Ideas (el partido del presidente Nayib Bukele) asumiera sus funciones en la Asamblea Legislativa.
Ese primer nombramiento en mayo, considerado irregular por parte de la oposición, fue duramente criticado por EE.UU. y puso al Gobierno de Bukele en el fuego cruzado con acusaciones de autoritarismo, que han sido desmentidas por el mandatario. Ahora, la reelección de López Jerez para esos cargos pronostica nuevas turbulencias políticas por tres factores clave: la hegemonía del oficialismo, los cuestionamientos nacionales e internacionales y la tirante relación con Washington.
1. Bukele y su hegemonía
A finales de febrero, la aplastante victoria electoral que le aseguró a Bukele la mayoría parlamentaria ya había sonado como alarma para sus detractores políticos. Gracias a ese triunfo en las urnas, el partido Nuevas Ideas obtuvo 56 de los 84 escaños de la Asamblea, lo que dota a su bancada de una capacidad de maniobra legislativa inédita.
Por eso, en su primera sesión parlamentaria, los flamantes diputados procedieron a destituir al Fiscal General y a cinco magistrados de la Sala Constitucional, y nombraron a sus sustitutos, entre ellos, al ahora recién electo López Jerez. Si bien la Carta Magna los facultaba para ello, el proceso para la remoción fue considerado como irregular, ya que no incluyó un debate previo ni la defensa de quienes perdieron sus cargos.
En esa ocasión, el mandatario salvadoreño no solo celebró la decisión sino que zanjó cualquier posibilidad de dar marcha atrás. "El pueblo dijo: les damos suficientes votos para que no tengan que negociar con nadie y para que tomen las decisiones en el primer día, si es necesario", fue la singular interpretación de Bukele sobre las extensas facultades de su bancada en la Asamblea.
Además de la ratificación del nombramiento de López Jerez, los parlamentarios también designaron a cinco magistrados que sustituirán a los que salen hoy, 30 de junio, por haber cumplido su período de 9 años en la Corte Suprema. Los nuevos togados son: Sandra Luz Chicas de Fuentes, José Ernesto Clímaco Valiente, Miguel Ángel Flores Durel, Alex David Marroquín Martínez y Enrique Alberto Portillo Peña.
En la madrugada de este miércoles, Bukele apoyó las designaciones en el Poder Judicial y recurrió al argumento de que la mayoría legislativa de su partido había sido electa por los votantes, lo que, a su juicio, le otorga legitimidad a cualquier decisión.
"El pueblo salvadoreño eligió en plena democracia la correlación de la Asamblea. Sus decisiones son totalmente legítimas y representan el poder del pueblo", apuntó en su cuenta de Twitter. Sin embargo, matizó la sentencia aduciendo que "incluso" se respetaron las listas de postulados que habían dejado los partidos de la oposición.
2. Críticas por irregularidades
Frente a la 'aplanadora' de Nuevas Ideas, los únicos votos en contra fueron de los 14 diputados del partido derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), cuatro del exguerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y el único parlamentario del partido Nuestro Tiempo.
La principal acusación de la oposición tiene que ver con la "concentración de poder" por parte del Gobierno, según denunció la diputada Dina Argueta, del FMLN.
Por su parte, René Portillo, de ARENA, alegó que el nombre de López Jerez ni siquiera figuraba en las listas de candidatos propuestos y que, además, ya había sido nombrado en el Poder Judicial, en 2015, para cumplir un período de nueve años que debía culminar en 2024. Para los detractores del oficialismo, Bukele pretende atornillar al magistrado en un puesto sin que se haya sometido al proceso de ley.
Más allá de las críticas de una disminuida oposición en el Parlamento, también hubo voces en el ámbito internacional que cuestionaron las decisiones de la Asamblea Legislativa, como el director de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco.
"Me preocupa el nombramiento de jueces que realizará esta noche la Asamblea Nacional (controlada por Bukele). En un Estado de derecho, los jueces deben ser nombrados a través de un proceso trasparente y previamente establecido que garantice su independencia", dijo en su cuenta de Twitter.
3. La tirantez con EE.UU.
La víspera de la polémica votación estuvo marcada por otro hecho que no pasa desapercibido: el anuncio de la visita de una comitiva de alto nivel de EE.UU. en El Salvador.
La encargada de negocios estadounidense en el país centroamericano, Jean Manes, confirmó el arribo de la delegación en horas de la madrugada y adelantó que a sus integrantes les esperaba "una jornada importante". La presencia de la comitiva ocurre en un momento en que la tirantez entre Bukele y la administración de Joe Biden es evidente.
La cuestión clave es que el primer encontronazo entre ambos Gobiernos ocurrió precisamente a raíz de la movida parlamentaria del pasado 1 de mayo. En esa ocasión, la Casa Blanca rechazó la decisión y pidió a la administración salvadoreña que la revirtiera. La respuesta de Bukele fue un rotundo no. En los días siguientes, la suspensión de las ayudas al Gobierno centroamericano por parte de la USAID, el desvío de los fondos para "organizaciones civiles" y la inclusión de varios funcionarios centroamericanos en una lista de "involucrados en actos de corrupción significativos", terminaron de caldear la hoguera.
Sin embargo, el principal interés de EE.UU. con El Salvador tiene que ver con el fenómeno migratorio en Centroamérica. En un comunicado publicado ayer por el Departamento de Estado se detalló que el propósito de la delegación es reunirse con Bukele y "otros líderes políticos", para discutir sobre "la migración, la democracia y los objetivos regionales".
Manes, por su parte, insistió en que la visita de la delegación estadounidense abre una "una gran oportunidad" para El Salvador, "si quiere tomarla", un gesto que evidencia el esfuerzo de Washington por tratar con mano zurda a un socio que no da muchas muestras se sumisión.
No obstante, los polémicos cambios en el Poder Judicial parecen reafirmar que, de momento, la Asamblea salvadoreña no teme darle otro disgusto a la Casa Blanca.
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