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El metano podría ser el primer indicio de vida más allá de la Tierra

El telescopio James Webb podría identificarlo en exoplanetas lejanos y confirmar su origen biológico, si se presenta junto a otros gases

Aunque los procesos no biológicos pueden generar metano, un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Santa Cruz, en California, establece un conjunto de circunstancias en las que se podría presentar un caso convincente a favor de la actividad biológica como fuente de metano en la atmósfera de un planeta rocoso.


El metano es uno de los pocos signos potenciales de vida, o biofirmas, que podrían detectarse fácilmente con el telescopio espacial James Webb (JWST), lanzado por la NASA en diciembre. “A menudo se habla del oxígeno como una de las mejores firmas biológicas, pero probablemente será difícil de detectar con JWST”, explicó Maggie Thompson, estudiante de posgrado en astronomía y astrofísica en Universidad de California Santa Cruz (UCSC) y autora principal del nuevo estudio.


Las biofirmas o indicadores de vida son las sustancias, elementos o fenómenos que otorgan evidencia científica de signos potenciales de vida, ya sea en el pasado o en el presente. A pesar de algunos estudios previos sobre biofirmas de metano, no se ha realizado una evaluación actualizada y dedicada de las condiciones planetarias necesarias para que el metano sea un buen indicador de vida.


“Queríamos proporcionar un marco para interpretar las observaciones, por lo que si vemos un planeta rocoso con metano, sabemos qué otras observaciones se necesitan para que sea una firma biológica persuasiva”, indicó Thompson.

Publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, el estudio examina una variedad de fuentes no biológicas de metano y evalúa su potencial para mantener una atmósfera rica en metano. Estos incluyen volcanes; reacciones en entornos tales como dorsales oceánicas, fumarolas hidrotermales y zonas de subducción tectónica; e impactos de cometas o asteroides.


El caso del metano como firma biológica se deriva de su inestabilidad en la atmósfera. Debido a que las reacciones fotoquímicas destruyen el metano atmosférico, debe reponerse constantemente para mantener niveles altos. “Si se detecta una gran cantidad de metano en un planeta rocoso, por lo general se necesita una fuente masiva para explicar su aparición -completó el coautor Joshua Krissansen-Totton, también miembro de la UCSC-. Sabemos que la actividad biológica crea grandes cantidades de metano en la Tierra, y probablemente también lo hizo en las etapas primitivas porque producir metano es algo bastante fácil metabólicamente”.


Sin embargo, las fuentes no biológicas no podrían producir tanto metano sin generar también pistas observables sobre sus orígenes. La desgasificación de los volcanes, por ejemplo, agregaría tanto metano como monóxido de carbono a la atmósfera, mientras que la actividad biológica tiende a consumir fácilmente monóxido de carbono. Los investigadores descubrieron que los procesos no biológicos no pueden producir fácilmente atmósferas planetarias habitables ricas en metano y dióxido de carbono y con poco o nada de monóxido de carbono.


El estudio enfatizó la necesidad de considerar el contexto planetario completo al evaluar posibles firmas biológicas. Los investigadores concluyeron que, para un planeta rocoso que orbita una estrella similar al Sol, es más probable que el metano atmosférico se considere un fuerte indicio de vida si la atmósfera también tiene dióxido de carbono, el metano es más abundante que el monóxido de carbono y extremadamente rico en agua. pueden descartarse composiciones planetarias.

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