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Estados Unidos busca apoyos para su plan de posguerra con una reforma en la gobernanza de los palestinos

El secretario de Estado norteamericano Antony Blinken se reunió en los últimos días con los líderes de Arabia Saudí, Jordania, Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Turquía, demás de Israel y la Autoridad Palestina.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se reunió el miércoles con el presidente palestino, Mahmud Abás, para buscar reformas de gobernanza dentro de los esfuerzos de Washington de recabar apoyos para sus planes de posguerra en Gaza, que también incluyen medidas hacia la formación de un estado palestino.


Blinken dijo que ha conseguido compromisos de varios países de la región de contribuciones para la reconstrucción y gobernanza de la Franja de Gaza después de la guerra de Israel contra Hamas y que aún es posible una normalización más amplia de las relaciones árabe-israelíes, pero sólo si hay “una senda a un estado palestino”.


La estrategia enfrenta obstáculos importantes. El gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se opone con firmeza a la creación de un estado palestino junto a Israel. Además, los líderes autócratas palestinos con apoyo occidental, cuyas fuerzas fueron expulsadas de Gaza cuando Hamas tomó el poder en 2007, carecen de legitimidad a ojos de muchos palestinos.


La guerra en Gaza sigue en marcha sin final a la vista y alimenta una catástrofe humanitaria en el diminuto enclave costero. La lucha también ha aumentado la violencia entre Israel y los milicianos libaneses de Hezbollah, lo que plantea el temor a un conflicto más amplio.


La gira relámpago de Blinken


En su cuarta visita a la región desde que comenzó la guerra hace tres meses, en los últimos días Blinken se ha reunido con los líderes de Arabia Saudí, Jordania, Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Turquía. Afirma que están abiertos a contribuir a los planes de posguerra a cambio de progresos en la creación de un estado palestino.


Tras reunirse con Netanyahu y otros dirigentes israelíes el martes, Blinken ofreció un mensaje sombrío y dijo que Israel debe dejar de socavar la capacidad de los palestinos de gobernarse a sí mismos con su expansión de los asentamientos, demoliciones de hogares y desahucios en Cisjordania.


Pero también dijo que la Autoridad Palestina “tiene una responsabilidad de reformarse, de mejorar su gobernanza” y que lo comentaría con Abás, de 88 años, que no se ha presentado a elecciones desde 2005 y carece de apoyo entre su propia gente.


La Autoridad Palestina gobierna partes de la Cisjordania ocupada por Israel según acuerdos de paz interinos alcanzados en la década de 1990, y coopera con Israel en cuestiones de seguridad. Pero ha sido incapaz de impedir la expansión de asentamientos en tierras que reclama para un estado futuro, y no ha habido conversaciones de paz serias o relevantes desde que Netanyahu regresó al poder en 2009.


El gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no ha logrado que Israel haga ni siquiera concesiones relativamente menores a los palestinos, como entregar todos los ingresos fiscales que recauda en su nombre o permitir la reapertura de un consulado estadounidense que sirva a los palestinos en Jerusalén Oriental, una zona anexionada por Israel.


Abás tenía previsto reunirse más tarde el miércoles con los líderes de Jordania y Egipto, dos aliados estadounidenses que han servido como mediadores desde hace tiempo en el conflicto israelí-palestino, en la ciudad jordana de Aqaba, en el mar Rojo.


La guerra continúa sin final a la vista


Israel ha prometido seguir peleando hasta que aplaste a Hamas y recupere a docenas de rehenes capturados por los milicianos tras el ataque del 7 de octubre que desencadenó la guerra. Las autoridades israelíes dicen que la campaña continuará durante el resto del año, y sus propios planes de posguerra contemplan un control militar indefinido sobre el territorio, del que retiró a sus soldados y colonos en 2005.


Casi el 85% de los 2,3 millones de habitantes de Gaza han sido expulsados de sus hogares por los combates, y casi un cuarto de ellos están en riesgo de hambruna porque el asedio israelí apenas permite la entrada de un goteo de comida, agua, medicamentos y otros suministros.


Blinken pidió la entrada de más alimentos, agua, medicamentos y otro material de ayuda, y que se distribuyeran de forma más eficaz, y pidió a Israel que “haga todo lo que pueda para eliminar cualquier obstáculo”.


La ofensiva ha convertido buena parte del norte del territorio, incluida Ciudad de Gaza, en un erial, y planteado preocupaciones sobre si los cientos de miles de palestinos que huyeron de esas zonas podrán regresar algún día. Miembros ultraderechistas del gobierno de Netanyahu han pedido que se les reubique en otro lugar, algo que según las voces críticas equivaldría a una limpieza étnica.


Blinken dijo que Estados Unidos se opone a esa idea y que la reubicación no es la política del gobierno israelí. También dijo que había conseguido un acuerdo sobre un mecanismo de inspección de Naciones Unidas en el norte de Gaza para determinar cómo y cuándo podría regresar la gente.

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