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Falleció a los 91 años el bombero que acompañó a Bush tras los ataques a las Torres Gemelas

Su deceso ocurrió la noche de este domingo 5 de febrero en un centro de cuidados paliativos, consecuencia de una larga batalla contra el cáncer, según anunció su esposa, Barbara Beckwith.

Bob Beckwith, el bombero retirado que se volvió un símbolo de unidad y resistencia estadounidense tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, falleció a los 91 años. Su esposa, Barbara Beckwith, anunció en las últimas horas que su esposo murió en cuidados paliativos la noche del domingo 5 de febrero después de luchar contra el cáncer en los últimos años.


Beckwith, quien residió en Long Island y compartió su vida con seis hijos, diez nietos y dos bisnietos, será recordado no solamente por su valentía al regresar al servicio después de haberse retirado, sino también por su icónico momento junto al presidente George W. Bush en las ruinas del World Trade Center tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.


El hecho de que Beckwith se encontrara al lado de Bush mientras este último ofrecía un discurso que insufló ánimo en el corazón de los estadounidenses cansados, tres días después de que terroristas se estrellaran contra las Torres Gemelas, matando a 2.753 personas, lo convierte en una figura destacada en la historia reciente de Estados Unidos.


“Él estaba en el lugar correcto, en el momento correcto, y por eso es famoso”, declaró Barbara Beckwith a los medios sobre su esposo. “Pero era un tipo normal. Bien querido y tranquilo”, publicó The Associated Press.


Bush, quien se mantuvo en contacto con la familia a lo largo de los años y hasta se comunicó para enviar sus condolencias tras el empeoramiento de la salud de Beckwith, describió a este último como un patriota cuyo “valor representó el espíritu desafiante y resistente de los neoyorquinos y de todos los estadounidenses” tras los atentados. En palabras de Bush, “Bob se puso de nuevo el uniforme y, como tantos valientes primeros respondientes, corrió hacia el peligro para salvar y buscar a otros”.


La Asociación de Bomberos Uniformados celebró a Beckwith como “uno de los héroes del 9/11 que se mantuvo firme por América, la ciudad de Nueva York y todos los neoyorquinos”. Su incansable labor en las horas posteriores al desastre demostró un “testimonio de su devoción” al departamento, en palabras de la comisionada de bomberos de Nueva York, Laura Kavanagh. La famosa imagen junto a Bush es considerada “tanto inspiradora como desgarradora”.


Bob Beckwith: más que un bombero


La figura heroica de Bob Beckwith quedó inmortalizada al lado del entonces presidente George W. Bush durante un discurso emblemático en la zona cero, apenas tres días después de los ataques del 11 de septiembre de 2001. En un acto que buscaba inspirar a una nación sumida en el duelo, Bush se encontraba en el lugar para evaluar los daños y agradecer a los trabajadores de rescate por su incansable labor.


Con 69 años en aquel entonces, Beckwith había interrumpido su retiro movido por la “abrumadora necesidad de asistir” a la zona cero. Esperaba poder ver al presidente desde una buena posición, anticipando que Bush daría su discurso desde un puesto de mando establecido al otro lado de la calle. Sin embargo, un cambio inesperado en los planes colocó a Beckwith no solo en una posición privilegiada sino en un momento histórico, ya que acabó compartiendo el escenario con el presidente.

“Dije, ‘Oh, Dios mío’. Lo subí al camión, lo giré. Le pregunté, ‘¿Está usted bien, señor Presidente?’. Él dijo, ‘Sí’. Entonces, comencé a bajarme y él dijo, ‘¿A dónde vas?’. Le respondí, ‘Me dijeron que bajara’. Él dijo, ‘Oh no, te quedas justo aquí’”, recordó Beckwith durante una entrevista telefónica con CNBC.


El ex bombero había escalado un camión de bomberos que él y otros trabajadores habían ayudado a retirar de los escombros más temprano ese día, sin imaginar lo que vendría después. Cuando esperaba la llegada del presidente, un miembro del Servicio Secreto se acercó a Beckwith con una solicitud inusitada. “Me pide, ‘Demuéstrame que esto es seguro. Salta sobre ello’”, Beckwith obedeció, marcando el inicio de los eventos que se desarrollarían después. En lugar de perder su “buen lugar”, como temía, Beckwith se encontró de repente en un papel que lo colocaría en la memoria colectiva de la nación.


Su imagen, junto a la del presidente, fue transmitida por cada televisión a lo largo del país y su foto adornó la portada de la revista Time, simbolizando los esfuerzos y sacrificios de los primeros socorristas durante uno de los días más oscuros de los Estados Unidos. La interacción entre Beckwith y Bush, una muestra de espontaneidad en medio del caos, subrayó el mensaje de unidad y fuerza que el presidente buscaba transmitir a sus conciudadanos.


La zona cero


La jornada comenzó con una noticia personalmente trágica para Beckwith; su nieto fue atropellado por un vehículo mientras iba a la escuela. Mientras acompañaba a su nieto en el hospital, Beckwith fue testigo a través de la televisión del derrumbe de las torres gemelas. “No podía creer lo que estaba viendo”, confesó Beckwith.


Movido por la necesidad de ayudar, comunicó a su familia su intención de dirigirse a la Zona Cero para colaborar en las tareas de rescate, enfrentándose a la preocupación de sus seres queridos por los riesgos involucrados dado su avanzada edad, 69 años.


La determinación de Beckwith se vio aún más fortalecida al enterarse que el hijo de un amigo y compañero bombero figuraba entre los desaparecidos. Nada podría detenerlo, no importaba si eso implicaba tergiversar la verdad frente a la Guardia Nacional, quienes inicialmente le negaron el acceso al área.


“Tuve que pensar rápido”, reveló Beckwith sobre el momento en que convenció a los guardias para que le permitieran entrar, alegando que se metería en problemas por haber “perdido el camión” esa mañana. Una vez dentro, se unió a la brigada de baldes, una cadena humana dedicada a pasar baldes llenos de escombros para despejar el terreno y buscar víctimas.

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